“A pesar de las limitaciones, intento ser uno más”
Albert Llovera participó en el Dakar 2016 a los mandos de un camión. Un par de meses antes de la cita, un piloto se lesionó y tuvo que renunciar. Le propusieron ocupar su plaza. Se presentó sin haber llevado nunca un camión. Pensó que le serviría para hacer kilómetros y coger experiencia para futuras ediciones. A pesar de lo arriesgado de la decisión, no le fue mal. Terminó en el puesto 35.
Esta será su quinta participación en el Dakar. En 2015 logro terminar la prueba en un buggy tras dos años intentándolo – 2007 y 2014–. Consiguió cumplir así un reto personal: completar el rally raid más duro del mundo en silla de ruedas. Su afán de superación es incontestable desde que con 18 años sufriera un accidente de esquí que le causó una lesión medular y la pérdida de motricidad. Su vida siempre ha estado estrechamente ligada al deporte, antes y después del accidente. Con 17 participó en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sarajevo. Después ha competido en baloncesto paralímpico, ha practicado deportes de aventura y ha desarrollado una dilatada carrera como piloto de rallyes, mostrando su polivalencia para conducir en nieve, tierra o arena, a los mandos de coches y camiones. Vuelve al Dakar con el mismo camión que el año pasado, tras realizar dos test en la República Checa y en Marruecos, y con el mismo espíritu de lucha y superación que siempre ha demostrado.
A.LL.: “El año pasado viví una experiencia muy gratificante, a pesar de ser mi primera vez en camión. Los primeros días tuve problemas con la adaptación a los mandos. Perdimos 7 u 8 horas. Otro día se nos rompió una transmisión en la arena, llegamos muy tarde y no nos dio tiempo más que a cambiarnos de mono y volver a salir. Este año desearía hacerlo mejor que en la pasada edición y estar entre los 20 primeros. El Dakar es una aventura en la que cada vez se va más rápido y eso me gusta mucho. Se parece más a un rally. La gente tiene que saber ir por arena pero también por caminos. Yo soy muy polivalente. Me gusta hacer de todo y probar cosas nuevas. Con la silla de ruedas es algo más difícil y cansado, sobretodo en el bivouac, ya que no nos podemos mover bien por la arena ni ir al lavabo. Sin embargo voy en tienda y duermo muy a gusto. A pesar de las limitaciones, intento ser uno más. La silla la llevo debajo del culo, no en la cabeza.”